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Mostrando entradas de abril, 2018

La palabra "bombón" lleva tu nombre

Y eso que no fui yo quien la escogió, fuiste tú, quien osada y valiente, la grabaste a fuego en mi piel, sin preguntarme si quiera, y ahora, ni con cien duchas de agua caliente se va. La palabra "bombón" lleva tu nombre, porque pienso en ti, cada vez que la escucho en boca de alguien, que ya, no es la tuya. Tú, que fuiste su creadora, y su inventora.  Ahora, ya no estás, y me toca a mí cargar con ese peso, con esa palabra tan pesada que me hace pensarte, y sonreírte con el alma. Recordarte, es el peor castigo, después de lo que fuimos, solíamos ser, y ya, no somos. Porque ahora no somos nada. Mi verano se quedo vacío de tus atardeceres, y desierto de tus sonrisas. Por eso, la palabra "bombón" lleva tu nombre, porque fue lo único que me quedo después de todo este naufragio, en el que casi me ahogo por intentar salvar tus miedos, y los míos, sin darme cuenta que tú, no querías ser salvada, y yo, nadando a contracorriente tragué agua, y tú, no hiciste na...

Bola

En estos momentos en los que mi mundo se tambalea, y todo parece estar a punto de saltar por los aires,  sólo quiero encogerme,  meter la cabeza entre las piernas,  y hacerme bola.  Llorar como niña pequeña que llora sin saber,  porque no entiende,  o porque tiene miedo a no entender.  Que aparezcas tú,  que te acerques a mí,  como si yo fuera un animal salvaje:  tan vulnerable cuando está herido,  pero tan fiero que puede arrancarte el aire de un solo bocado.  Pero en realidad,  sólo quiero que me acaricies  con toda la delicadeza  y suavidad,  que encuentres en este mundo.  Que me abrazes,  y  me susurres al oído,  que todo va a salir bien,  y que yo,  por un momento me lo crea,  y sonría,  y entonces,  te empape el hombro de la camisa de inseguridades,  de temores,  de planes d...

Festival de Primavera

Tú hablándome de la sociología de las hormigas, y en los altavoces sonando nuestra canción, ésa que me obligaste, casi, a aprenderme de memoria. Ésa que gritábamos, cantábamos a los cuatro vientos, cuando volábamos en tu Smart, por las calles de mi barrio de camino a mi casa. Te recuerdo, y un nudo se me forma en la garganta, no quiero llorar, pero las lágrimas se me acumulan en los ojos, y tú, no te das ni cuenta. Ante mi cara de estupefacción, te digo que no me gusta esta canción, pero es mentira, me gustaba cuando estaba contigo, y ahora que ya no estás, no puedo escucharla. Porque es una paliza de cuerpo y  alma a la vez, es meter la cabeza en el váter, y no poder dejarme, sacármela. Es dolor, es apnea rodeada de aire. Es tsunami, en el más árido desierto. Es todo cuando ya, no queda nada. Es Calle 13 sonando, tú sonriendo, y yo, mientras tanto, llorando por dentro.

Tu canción favorita

Hoy en día, sigo sin poder escuchar tu canción favorita, ésa que me recuerda a ti, sin poder evitarlo. Y no puedo: el dolor se me clava en el pecho, y un nudo se me forma en la garganta, no puedo tragar, no puedo respirar, y me ahogo. Es tragar agua en el mar, es una ola revolviéndote entera, y rebozarte de arena al salir. Es no poder gritar para pedir auxilio, porque nadie te oye, porque, ya nadie, te puede ayudar. Sólo eres tú con tus propios demonios, ésos que se cambiaron el nombre a "recuerdos", y ahora, muy de vez en cuando, me atemorizan, y me hacen tener pesadillas a la luz del día. Yo sé que no son reales pero duelen como si lo fuesen. Son recuerdos, son imágenes que te vienen a la mente, y parece que están ahí, que vosotras dos estáis ahí, otra vez, juntas, y que no ha pasado el tiempo. Que parece que fue ayer cuando, la persona que más quisiste en este mundo estaba a tu lado, cada día, siempre ahí, apoyándote en to...

La poesía no es bien recibida

Nadie la escucha, ni la entiende, quizá porque nunca la comprendieron. Regalarle tiempo y espacio, eso es justo, lo que ella necesita, para poder crecer, y hacerse más fuerte de lo que ya es. Para poder desarrollarse, madurar, gritar, y dominar. Porque ella es así, todo lo inunda cuando te paseas a su lado, ella es poderosa, luchadora, y sumamente impregnadora. Ella es aire, agua, el viento en la cara, y el huracán que destruye mis ciudades, con un simple soplo del más débil estornudo. Ella es talento, pasión, y ternura en una única y sola palabra. Ella saca lo mejor de mí, ella es mi terapia contra la autodestrucción, mi psicóloga cuando todo va mal. Ella es el hombro sobre el que llorar, y esa amiga a la que siempre llamar. Ella, me hace ser quien soy, ella, se llama poesía, pero la podría llamar vida, porque con las seis letras que tiene, ya construye castillos, y dibuja ríos en mi alma. Ella, sólo tiene seis letras, pero es que no necesita ninguna más, para ser ta...

Alboroto

Te observó, nunca una piel consiguió inspirarme tanto, te respiro en la nuca, y nos respiramos en el cuello. Te dibujo catedrales en la espalda, y con mis dedos coloreo paisajes en tus hombros. Nunca pude llegar a imaginar que mis labios pudieran desgastar, desgastarnos tanto, porque no hay lugar en tu cuerpo que no haya sido saludado con la luz de mi saliva. Te observó dormir, y apenas te dejas encontrar entre las sábanas de una cama, que, yace desierta y descubierta. Se ha hecho tarde: ya nadie transeunta por las calles de tu cuerpo, salvo mis manos, que se esconden entre las sombras, para que no las encuentres, aunque siempre lo terminas haciendo. Y cuando lo haces, se encienden las farolas, despertamos al vecindario, y saltan todas las alarmas de todos los coches aparcados en la manzana más cercana. Incendiamos edificios, y empieza la revolución, y con los ojos cerrados te encuentro a la perfección, en la oscuridad de tu habitación. T...

Devorando tiempo como besos en tu piel

Me pasaría escribiendo, y describiéndote, toda la noche, si tu sonrisa fuera la eternidad, y tus besos la infinitud más completa. Y entonces el tiempo, extrañado, me preguntaría, que "qué le hemos hecho", que ni él mismo sabe colocarse ya las agujas del reloj, y se pierde, entre la inmensidad del espacio, que existía entre tus labios y los míos, que antes eran cauces vacíos, y ahora, no paran de emanar cascadas, inundando aldeas, empapando barcos, y ellos, que no están acostumbrados a navegar por estas aguas, nos miran, incrédulos, ante estos dos locos, que no comen, no beben, que no se separan el uno del otro, porque no saben hacer otra cosa más, que amarse. Así de fácil, así de complicado, que ni tú lo entiendes, que ninguno lo comprendemos, pero que, sin embargo, pasa, y aquí estamos, pasándonos cariño, mientras el tiempo sucede, y rápido, él nos saluda, mientras nosotros, lo devoramos.

Quemándome sobre tu piel

Observo salir humo de un café caliente, paseo las manos por la taza, y la acaricio con ternura, amor y confianza. Sé que si me paso más tiempo por allí me quemaré, pero, arriesgada yo, lo vuelvo hacer, y otra, y otra vez. Sonrió, porque me paseo por tu piel, y aún así, me estoy quemando.

Miedo

No quiero curarte los miedos, quiero acariciarlos, y peinártelos cuando te crezcan demasiado. Explicarles que tienen que ser educados contigo, que tienen que tratarte bien. Decirles, en voz muy baja, para que no se asusten, porque son muy sensibles, que tienen que dejarte crecer, que, aunque ellos estarán ahí, siempre, acompañándote, no pueden agobiarte tanto. Que tienes que respirar, que tienes que vivir, y que sin ellos, tú, no puedes ser tú. Hoy, no quiero quitarte los miedos de un plumazo, ni guardarlos en un armario a golpe de cerradura. Hoy quiero hacerte fuerte, tú sola, imparable, para el que llegué el día en el que no vengas a mí, llorando, como niña pequeña cuando se despierta en medio de la noche, porque ha tenido una pesadilla. No, no quiero eso. Porque tú eres fuerte, pero a veces dejas que la debilidad te inunde, entonces tragas agua y te asustas. Y yo no puedo estar siempre ahí para salvarte, necesito que tú lo estés, ...

Fotosíntesis

FOTOSÍNTESIS No podré curar las injusticias de tu piel si no me dejas recorrerla entera. Plantar semillas en tus campos de girasoles, que se quedaron mirando, observándome, ahí quietos, contemplando, como, con mucho cuidado y delicadeza aro tu tierra, meto las manos dentro de ti, y te revuelvo entera, te siento, y te dejas hacer. Noto tus raíces envolverse por todo mi cuerpo, las acarició, y sobre mi piel, florecen todos mis miedos, y temores. Yo, me empiezo a secar, pero entonces te acercas, y me llenas entera, y entonces, sin darnos cuenta, maduramos, damos frutos a la luz de un sol que sólo aparece cuando, tú, y yo, cerramos la puerta de la habitación, nos despedimos del mundo por un rato, y en la oscuridad, empezamos a brillar. Nunca me pareció, mayor maravilla, la de poder alimentarse sólo, con tu luz, y nutrientes, nuestra propia fotosíntesis, mi energía, mi fuente de alimento. Ahora que te has ido, la oscuridad solitar...