Ir al contenido principal

Simulacro de primera vez de poema

 Todo está en silencio, 

esta tarde ha caído una tormenta

sobre las calles de Madrid

y todo se ha limpiado: 

el calor del asfalto,

las prisas de la gente,

y mis ganas de salir de aquí. 


Leo un libro a las 12 de la noche,

todo está en calma,

oigo a la vecina de al lado hablar por tlf,

no me interesa la conversación pero la escucho con total claridad. 


Disfruto después de mucho tiempo

del silencio,

de un silencio que me arropa

y me canta para que respire,

para que respire tranquila,

para que vaya más despacio,

para que me duerma entre sus brazos,

esos que una vez fueron casa,

hace mucho que no me dejo caer sobre ellos. 


Anhelo la tranquilidad,

la calma. 

Soy de las personas que piensa

que, si lo que vas a decir no va a mejorar

el silencio, entonces, no digas nada,

no lo estropees. 

No alteres ese silencio que me protege,

que protege mis pensamientos de

este mundo inhóspito que nos envuelve.


A veces todo va tan rápido,

pienso tan rápido,

que siento como mis pensamientos

se amontonan en mi cabeza,

me gritan queriendo salir,

y todo se inicia por un edificio

al que fuímos hace años,

tu misma colonia en otra persona en el metro,

la blusa que te regalé puesta en un maniquí 

en una tienda, 

una expresión tuya. 


Sólo es suficiente con eso,

para que la maquinaria empiece a funcionar. 

Es cuestión de segundos, milésimas diría yo. 

Pero no llega a más,

no les dejo más. 


Ha pasado mucho tiempo para seguir recordándote como algo malo,

el dolor creció y se desarrolló 

con todas sus fases. 

Y te aseguro, que actualmente,

ninguna de ellas me hacen recordarte como algo malo, ójala entiendas esto. 


Me has pedido que sea tu escritora personal, 

que te siga escribiendo poemas,

porque así fue cómo empezó todo. 

Ahora no sé muy bien qué escribirte,

o qué contarte. Antes era más fácil,

mis sentimientos por ti se agolpaban,

y era como colocar la compra al llegar a casa,

me ponía música, y bailando

la colocaba en cajones,

armarios y estanterías,

así te escribía a ti, sin pensarlo,

por instinto, fácil. 


Ahora siento que estamos en otra fase, 

y creo que escribirte va a ser llegar a casa

y contarte cómo me ha ido el día. 

Podemos probar cómo me funciona así,

cómo nos funciona siendo así. 

Ya que, después de tanto tiempo,

somos dos personas diferentes,

que una vez se miraron,

y vieron sus deseos cumplidos

en la mirada de la otra. 


¿Qué te ha parecido este simulacro de primera vez de poema?




Comentarios

Entradas populares de este blog

Estaba segura que volveríamos a encontrarnos

 Nunca llegué a imaginar que volverías a aparecer, para serte sincera, nunca planeé encontrarte,  nadie me informo,  hace ya dos años y pico,  iba a ocurrir este hallazgo tan extraordinario,  y ahora, después de esos dos años y pico, y después de todo,  vuelves a aparecer.  Leo tu mensaje,  estaba casi segura que te había bloqueado,  no debí de hacerlo finalmente,  porque sino, no me estarías escribiendo.  El pulso se me acelera,  el estómago se me encoge,  no me creo que sigas provocando todo esto en mí,  el corazón se me va a salir por la boca,  siento que todo a mi alrededor se para.  Sigo sin creérmelo,  vuelves a estar aquí,  eres un boomerang,  que por muy lejos que te lancé, por muchas veces que te haya mandado a la mierda,  siempre,  siempre regresas.  Estoy en la orilla de una playa,  meto los pies en el agua,  está fría,   pero me meto poco a poco,...

Coágulo

Eres un puto cigoto que no se deja desarrollar, más bien ni crecer, te has muerto entre mis manos y no me ha dado tiempo ni a observarte respirar por primera vez. Te empeñaste en destrozarte la vida, y me llevaste contigo por delante, afortunadamente, aprendí a esquivar todas y cada una de las palabras que salían de tu boca, no fue fácil: las endulzaste con un sabor parecido a la miel, recuerdas que a mi no me gusta, verdad? En cualquier caso, el coágulo de sangre se resbaló por mi brazo, y manchaste mi camisa blanca favorita de una hilera roja que no pude quitar ni con toda la fuerza del mundo.  Ese día te perdí, de verdad que ya no sabía quién eras. Me criaron pensando que la libertad y el cuerpo de una persona no tiene precio, pero tú se lo pusiste al tuyo, y no llegaste ni al mínimo, para empezar la subasta, lo regalaste y vendiste a unos degenerados, que encima no supieron ni valorarte, no te quitaron ni la etiqueta, te usaro...

Boomerang

Yo no te elegí, llegaste a mí, como una pelota que te lanzan y te gritan que cogas. Hubo un tiempo en el que te agarré tan fuerte, que me hice heridas de tanto apretarte. Me sangraron los dedos porque me arrancaste las costras. Me pedías que no te soltará cuando ya, ni tú misma, alargabas  la mano para cogerme a mí. ¿Qué esperabas? Dejarte caer fue lo más duro que he hecho en mi vida, te lo confesé un millón de veces mientras te acariciaba las mismas manos que me mentían una y otra vez. Y sí, digo manos, porque fueron ellas las primeras que me dijeron que me querían, así que ahora tmbn me podían estar mintiendo. Agacho la mirada, aún conservo las cicatrices, sé que nunca se irán, sé que nunca te irás. Sé que permanecerás, que al viento le soplarás, pero que tú nunca volarás, porque siempre fuiste de pies en el suelo, y yo hace meses que he aprendido a andar sobre el agua.