Ir al contenido principal

Estaba segura que volveríamos a encontrarnos

 Nunca llegué a imaginar que volverías a aparecer,

para serte sincera,

nunca planeé encontrarte, 

nadie me informo, 

hace ya dos años y pico, 

iba a ocurrir este hallazgo tan extraordinario, 

y ahora, después de esos dos años y pico,

y después de todo, 

vuelves a aparecer. 


Leo tu mensaje, 

estaba casi segura que te había bloqueado, 

no debí de hacerlo finalmente, 

porque sino, no me estarías escribiendo. 


El pulso se me acelera, 

el estómago se me encoge, 

no me creo que sigas provocando todo esto en mí, 

el corazón se me va a salir por la boca, 

siento que todo a mi alrededor se para. 


Sigo sin creérmelo, 

vuelves a estar aquí, 

eres un boomerang, 

que por muy lejos que te lancé,

por muchas veces que te haya mandado a la mierda, 

siempre, 

siempre regresas. 


Estoy en la orilla de una playa, 

meto los pies en el agua, 

está fría,  

pero me meto poco a poco, 

veo las olas acercándose, 

se hacen cada vez más grandes, 

no retrocedo, 

sigo avanzando, 

ya, no me das miedo, 

cierro los ojos, 

sé lo que ocurre ahora, 

dejo que me envuelvas, 

pero no salgo corriendo, 

ya no, 

puedo hacerlo, 

sé que podré hacerlo. 


Todo me da vueltas, 

no puedo respirar, 

intento coger aire, 

no me dejas, 

los pulmones se me llenan de agua, 

grito, 

nadie me oye, 

estamos tú y yo solas en medio del océano, 

la historia se repite, 

salgo a la superficie, 

respiro por un segundo, 

me vuelves a envolver, 

eres cada una de las olas que me envuelven, 

me escuecen los ojos por la sal, 

otra vuelta, 

me vuelves a pedir perdón, 

nado con todas mis fuerzas hacia la superficie, 

me dices que quieres ser mi amiga, 

otra ola me envuelve/s. 


Recuerdos, 

tu comida favorita era la sopa, 

no me acordaba, 

respiro, 

toso fuerte, 

aún quedan restos de ti aquí dentro de mí, 

me enumeras los colores del abrigo que te prestaba, 

por fin consigo mantenerme a flote, 

me hablas de la cafetería donde comíamos tartas, 

saco la cabeza, me quedo quieta, 

no veo más olas a mi alrededor. 


Te digo de quedar, 

nado hacia la orilla, 

me dices que vale, 

que me demostrarás que no me harás más daño, 

noto la arena debajo de mis pies, 

nos despedimos y te pongo un corazón verde, 

nuestro corazón verde, 

llego a la orilla, 

y me tiro sobre la arena, 

noto el sol sobre mi cuerpo mojado,

eres tú sonriéndome con un emoticono, 

tú me envías otro corazón verde, 

sonrío, 

todo ha pasado, 

o eso creo, 

y me quedo mirando como atardeces

en el horizonte, 

pensando, 

que a lo mejor, 

sólo por esta vez, 

puede salir bien. 


PD: estoy segura que leerás este poema antes de que volvamos a vernos. Por cierto, me aterra a la que vez que me muero de ganas. No sé cuál de los sentimientos ganará la batalla cuando te tenga delante. 💚

Este poema se lee escuchando esta canción de fondo. Zombie -The Cranberries 


13.01.22





Comentarios

Entradas populares de este blog

Boomerang

Yo no te elegí, llegaste a mí, como una pelota que te lanzan y te gritan que cogas. Hubo un tiempo en el que te agarré tan fuerte, que me hice heridas de tanto apretarte. Me sangraron los dedos porque me arrancaste las costras. Me pedías que no te soltará cuando ya, ni tú misma, alargabas  la mano para cogerme a mí. ¿Qué esperabas? Dejarte caer fue lo más duro que he hecho en mi vida, te lo confesé un millón de veces mientras te acariciaba las mismas manos que me mentían una y otra vez. Y sí, digo manos, porque fueron ellas las primeras que me dijeron que me querían, así que ahora tmbn me podían estar mintiendo. Agacho la mirada, aún conservo las cicatrices, sé que nunca se irán, sé que nunca te irás. Sé que permanecerás, que al viento le soplarás, pero que tú nunca volarás, porque siempre fuiste de pies en el suelo, y yo hace meses que he aprendido a andar sobre el agua.

Ballenas

Mi vida no gira en torno a ti. No soy la Tierra girando alrededor del Sol Apareciste de repente después de meses sin saber de ti, me recordaste a las ballenas, tan majestuosas, tan enormes, con tantas cosas por decir pero con un gran silencio que guardar. Resurgiste de las profundidades, o quizás, fuí yo la que por fin alcanzé la superf, nadando, casi ahogándome, conseguí, respirar, y fue ahí donde me encontre contigo. Tu aleta me enunció que ahí estabas tú, asomando tu sonrisa entre el agua, y yo por, un momento la acaricié con la nostalgía de saber, que tarde o temprano volverías a desaparecer. Y así ha sido. Te has vuelto a sumergir. Y no sé cuándo volveré a verte. Seguramente recorrerás los siete mares, los millones de ríos, y todos los océnaos que tenemos en común tú y yo, en este planeta. Seguramente, pero, como contigo todo es impredecible. Entonces, sólo me queda esperar. Que no esperarte. Mi vida ya no gira en torn...