Yo no te elegí,
llegaste a mí,
como una pelota que te lanzan
y te gritan que cogas.
Hubo un tiempo
en el que te agarré tan fuerte,
que me hice heridas
de tanto apretarte.
Me sangraron los dedos
porque me arrancaste las costras.
Me pedías que no te soltará
cuando ya,
ni tú misma,
alargabas la mano
para cogerme a mí.
¿Qué esperabas?
Dejarte caer
fue lo más duro
que he hecho en mi vida,
te lo confesé
un millón de veces
mientras te acariciaba
las mismas manos
que me mentían
una y otra vez.
Y sí,
digo manos,
porque fueron ellas
las primeras que me dijeron
que me querían,
así que ahora tmbn
me podían estar mintiendo.
Agacho la mirada,
aún conservo las cicatrices,
sé que nunca se irán,
sé que nunca te irás.
Sé que permanecerás,
que al viento le soplarás,
pero que tú nunca volarás,
porque siempre fuiste
de pies en el suelo,
y yo hace meses
que he aprendido a andar
sobre el agua.
llegaste a mí,
como una pelota que te lanzan
y te gritan que cogas.
Hubo un tiempo
en el que te agarré tan fuerte,
que me hice heridas
de tanto apretarte.
Me sangraron los dedos
porque me arrancaste las costras.
Me pedías que no te soltará
cuando ya,
ni tú misma,
alargabas la mano
para cogerme a mí.
¿Qué esperabas?
Dejarte caer
fue lo más duro
que he hecho en mi vida,
te lo confesé
un millón de veces
mientras te acariciaba
las mismas manos
que me mentían
una y otra vez.
Y sí,
digo manos,
porque fueron ellas
las primeras que me dijeron
que me querían,
así que ahora tmbn
me podían estar mintiendo.
Agacho la mirada,
aún conservo las cicatrices,
sé que nunca se irán,
sé que nunca te irás.
Sé que permanecerás,
que al viento le soplarás,
pero que tú nunca volarás,
porque siempre fuiste
de pies en el suelo,
y yo hace meses
que he aprendido a andar
sobre el agua.
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