Obsérvate,
no tengas miedo,
sólo estás creciendo.
¿Aún no te lo crees?
Me sorprendo cada mañana
al espejo,
cuando mis lágrimas
se convierten en besos,
los cojo con mis labios,
y te los presto,
un poco,
o a veces,
para siempre.
Constante,
poco usual.
Habitual,
esporádica.
Antónimos
y sinónimos.
Fuimos la palabra más perfecta
que una persona pudo deletrear.
Nos convertimos en frases enteras,
y creamos nuestro,
propio diccionario.
Aún recuerdo
como los autobuses
pasaban por delante tuya,
te rozaban,
pero ni los sentías.
Me sonríes,
me coges de la mano,
y me susurras al oído:
"vamos a volar",
cierro los ojos,
y en vez de ponerme
el chaleco salvavidas,
me cubres a besos,
que son la mejor protección
ante saltos al vacío,
y sin bañador,
nos tiramos a la piscina.
No tenemos miedo,
no nos da vergüenza.
Y desnudas nos comemos,
y vestidas te desnudo con la mirada,
y así,
al desayunar,
comer
o cenar.
Porque contigo repito,
y repito,
y no me canso nunca.
Te quiero princesa.
6 de febrero de 2019
Comentarios
Publicar un comentario