Quererte no es echarte de menos
cuando no estás.
Quererte es cerrar los ojos
cuando estás conmigo,
pedirte,
abrirlos,
y cumplirte.
Quererte es no parar de sonreír
cuando te miro,
porque ya no puedo evitar
no hacerlo,
pero me gusta que sea así.
Quererte es comer chocolate,
o besarte los labios,
que al fin y al cabo,
vienen siendo lo mismo,
porque son lo más dulce
que he probado nunca,
y no me canso,
y repito,
y vuelvo a hacerlo,
y así,
todo el rato,
a cada segundo
te saboreo,
y me quedo enganchada,
impregnada de todo tú,
cuando aterrizó
sobre tus pétalos,
y mis alas,
se abren ante tí,
y tú me dejas hacer.
No lo sabes,
pero no puedo
evitar regresar a ti,
constantemente,
continuamente.
No paras de decirme,
que no sabes que
qué he hecho contigo,
algo similar me pregunto yo,
cuando te miro desde abajo,
y contempló tal maravilla,
las mejores vistas de mi vida.
Entonces sonrío,
me relamo los labios,
ésos que decía
que me sabían a chocolate,
y te sigo comiendo,
y te oigo gemir:
no hay mejor música
que oírte a ti.
Te quiero princesa.
14/01/19.
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