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Hola bb, ¿cómo estás?

 "Hola bb, ¿cómo estás?"


Hoy, hace 4 meses y 6 días que Emmett y yo lo dejamos. 

Sé que puede parecer un período de tiempo muy corto, pero para mí se ha convertido en una eternidad, 

una eternidad de meses, semanas, días y millones de segundos en los que ya casi ni me reconozco.


No me reconozco en todo ese sufrimiento, todo ese dolor, todo ese drama, todas esas noches llorando, esas llamadas, y conversaciones infinitas, textos y más textos. Tengo la sensación de que han pasado, en vez de 4 meses, 4 años. Ya no me acuerdo de que aquella fuera mi vida, siento que soy una persona completamente diferente a la que era por aquel entonces. 


Creo que al haber discutido tantísimas veces, en cada una de esas discusiones, ya iba procesando que esto llegaría, que en algún momento mi vida sin ti sería una realidad, y que me tenía que ir acostumbrando a vivir sin ti. Creo que por eso, cuando lo dejamos el 3 de abril de 2024, creo, que en parte, sentí un gran alivio, porque por fin, tanto sufrimiento y angustia desaparecían a la vez que colgábamos esa llamada. 


Durante estos meses he pasado por todas las fases, creo, de un duelo, aunque las peores ya las pasé mientras aún estábamos juntas, creo que por eso, no lo pasé tan tan mal como me imaginaba o esperaba. 


El primer mes, como me dijo mi amiga Itzi, es el peor: te preguntas mil veces cada día si has hecho lo correcto, si podías haber aguantado un poco más, si has sido una exagerada en esa última discusión en la que recuerdas una y otra vez a ese puto mensaje en el que dijiste, hasta aquí. Ese mes, te acuestas y levantas pensando en si de verdad esto está sucediendo, en si de verdad lo habeís dejado, en si de verdad no la vas a volver a ver, en cómo vas a hacer para levantarte y no tener un mensaje suyo de buenos días. 


Pues bien, los días pasan, y lo haces bien: no la escribes, esperas que esté bien, y aunque te cuesta dios y ayuda no meterte en el baño del trabajo a llorar, haces de tripa corazón y cada día te levantas, vas a trabajar, te intentas sacar el carnet de conducir y sigues yendo a entrenar como puedes, y sólo te permites llorar cuando estás nadando en natación, o cuando te metes en la cama cada noche, y muerta del cansancio de haber estado llorando horas y horas te quedas por fin dormida. 


El segundo mes se hace un poco más llevadero: hay momentos en el día en el que ya no piensas en ella, sí bueno, ha sido mientras corrías tan rápido que no te llegaba la sangre al cerebro, pero , ¿ a qué en ese rato no has pensado en ella? Luego llega un día, que tu compi nuevo del trabajo, Alejandro, te hace una broma y sonríes, ey, ¿ cuándo fue la última vez que sonreíste? hace mucho, verdad? Cada día duele menos, pero sólo son momentos buenos, escasos y cortos, momentos buenos, porque luego llega la canción de Quevedo que escuchabas con ella, luego llega alguien que te dice que mires los datos de la ciudad....¿adivinas cuál? sí, de Tenerife, y entonces, todo vuelve multiplicado x 1000, los recuerdos, lo bueno y lo malo, pero sobre todo lo bueno, y sólo al final lo malo. Y entonces, vuelves otra vez, por décima vez a preguntarte si de verdad has hecho lo correcto, cómo estará, y joder, es que yo hubiera estado con ella toda la vida si no le hubiera dado tanto asco acostarse conmigo. 


Cuando te quieres dar cuenta, ya ha pasado el tercer mes, quedas con tus amigos y consigues hablar y pensar en otra cosa que no sea ella, tú vida sigue, y por fin, llega un día en el que no te levantas pensando en ella, viajas, te vas de competiciones, estás entretenida y parece que tu vida la vuelves a controlar tú y no tus sentimientos.


Te vas de vacaciones, te ríes, bailas, en general, vuelves a reír. Pasan días enteros, semanas y ya no te acuerdas de ella, ¿quién era esa persona que sufría día sí y día tmbn? ¿quién era esa persona que se arrastraba una y otra vez? madre mía, no me creo que fuera yo. 


Y entonces, cuando ya han pasado 4 meses pero que a ti te parecen 4 años, vuelves a leer ese texto que te escribió en enero de 2024 cuando, pensándolo ahora con perspectiva, lo teniaís que haber dejado. Y ya no lloras, ya no te duele, ya no sufres, porque ya no eres la misma persona que hace 4 meses. 


Ahora sólo quieres ser feliz, y estar tranquila. Y cuando llego a este punto, es cuando me pregunto de verdad, ¿cómo estarás bb? me gustaría de verdad escribirte para saberlo, y verte, y poder ser amigas, sé que a través de una pantalla todo se ve muy fácil, y nos creemos muy valientes: seguramente luego te tenga delante de nuevo y no sea capaz ni de mirarte a la cara, pero oye, estoy muy contenta, estoy muy tranquila, estoy bien. Mi psicóloga estaría muy orgullosa de mi. 


Hola, ¿cómo estás bb? Espero de verdad que estés bien, que ya no te duela tanto como a mi, que quieras seguir siendo mi amiga algún día, que tengas ganas de verme, tengo ganas de ver al dino, y de hablar contigo, para darte las gracias por ayudarme a ser mejor persona, por convertirme en alguien más fuerte. 


Pienso en ti, y ya no duele.

Pienso en ti, y por fin puedo sonreír. 

Pienso en ti, y puedo volver a escuchar a Quevedo.

Pienso en ti, y no te guardo rencor. 

Pienso en ti, y lo mejor que podíamos hacer era dejarlo.

Pienso en ti, y lo teníamos que haber dejado antes.

Pienso en ti, y creo que vamos a poder ser buenas amigas.

Pienso en ti, y sólo espero que estés bien, y no hayas sufrido mucho durante todos estos meses.

Pienso en ti, y te doy las gracias por todo lo que he aprendido en estos 4 meses.

Pienso en ti, y me gustaría decirte todo esto, algún día, en persona. 

Pienso en ti, y te querré siempre. 


Pienso en ti bb, siempre, siempre lo haré. 


09/08/24

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