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Las peras estaban duras, y tú demasiado verde para salir conmigo


No soy de las personas que dan a Me gusta
a cualquier cosa,
más bien soy de las que dice que no,
muchas veces,
porque tiene claro lo que quiere,
o mejor dicho,
lo que no quiere.

No soy de las personas
que suben fotos diciendo
lo feliz que estoy,
digo también
que hoy ha sido un día de mierda,
porque ha sido así.

No soy de las personas
que se guardan lo malo,
sino que lo enseñan
y presumen de ello,
porque eso es precisamente
lo que me hace ser lo que soy.

Sí,
me hago fotos a las cuatro de la mañana
con el temporizador del móvil,
llevo unos pantalones oversized
porque son súper calentitos,
y estoy escribiendo esto
en la mesa de la cocina
y no en un escritorio,
aunque
sé que quedaría más hipster.

Como galletas,
porque las peras están duras aún.

Y estoy triste y decepcionada
con este mundo
porque no entiendo
la forma de pensar
de las personas que habitan el él:
estar soltera está de moda,
pero yo creo que lo que está de moda
es ser un@s cagad@s de mierda
porque os da miedo comprometeros
con nada y con nadie.

Ponerle nombre y fecha a algo
parece una manera bastante nauseabunda
de pasar vuestra existencia
si lo comparamos con follar
con la primera persona
que te encuentras en un discoteca.

Me da pena,
que tengamos que coleccionar personas
como si fueran trofeos.

Los sentimientos deberían ser obras de arte
dignas de admirar
y no cartones sobre los que vomitar
al salir de fiesta.

La sociedad se va a la mierda,
y yo nado a contra corriente
así me ahorro entrenar hoy.

Egocéntrica me llaman algunos,
pero si la vida te regala hostias como panes,
¿tan malo es que te rodees única y exclusivamente
de aquellas cosas que sabes
que pase lo que pase no te van a decepcionar jamás?

La incertidumbre es un nudo en la garganta
que no me deja respirar,
hoy optó por ahogarme nadando a crol. 

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