Tu lunar en Venus me indicó, que existían nuevos continentes, y más aún, que existía vida fuera de este planeta. Tus otros tres lunares acumulados, hacianados en la trinchera de tu hombro derecho, me mostraron que, todo lo bueno, a veces viene junto. No pude contemplarte mucho más tiempo: la luz que emanaba tu sonrisa, era como acercarse al sol o al fuego, que todo iluminaba, pero a la vez, todo quema. Afortunadamente, eso, no sucedió. Apagaste la luz de tu habitación, y como si fuera Navidad, la oscuridad se lleno de luces azules encerradas, en una botella de vino vacía. No me permitiste besar tus labios, pero eso no significaba no poder hacerlo en el resto de tu cuerpo. Tus firmes abdominales eran las cataratas que me dirigían a lo inexclutable, inexplorado, el único recoveco, que me faltaba por besar del resto tu cuerpo. No sucedió, no paso, la misión de espeleología se canceló en el último momento: ¿mal tiempo o cambio de pl...
Hola, bienvenidos a mi blog. Me llamo Celia y escribo poesía, y aquí es donde reside mi talento e inspiración. ¿Empezamos?