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Querer y poder


Hola cielo,
aún no ha pasado ni una semana,
y ya me quiero morir.

Miro el móvil
de vez en cuando,
esperando un mensaje tuyo,
que nunca llega,
un "Hola, necesito verte",
me haría la mujer más feliz
del mundo,
pero no,
aquí no llega nada.

Son cien mil veces
las que se me pasan por la cabeza
escribirte
a lo largo del día,
pero tengo que dedicar otras
dos mil veces a pensarte,
para no hacerlo.

Así que,
multiplica todo el tiempo
que te echo de menos.

He de confesarte
que hay instante efímeros,
en los que no me acuerdo de ti,
pero te declaro,
me declaro culpable,
al decirte
que eres
en lo primero que pienso,
cada mañana al despertarme.

Dueles y mucho,
porque no me acostumbro
a levantarme
y no tener un mensaje tuyo,
o darme la vuelta
en la cama y
no tenerte a mi lado,
durmiendo,
con el culo en pompa
y con toda la cama deshecha,
no sé qué hacías con ella por las noches,
pero me encantaba hacerla
por las mañanas contigo dentro.

No me acostumbro a
acostarme,
sin haberte deseado buenas noches,
y que me abrazes,
y que nuestros cuerpos encajen,
porque te confesé
que sólo en esa postura
era capaz dormir.

Es como si te perforasen
el pecho,
siendo plenamente
consciente
 y sintiente.

Y te prometo
que noto la sangre
resbalar por mi pecho,
cuando te pienso y no estás,
cuando tengo ganas de besarte
y no estás,
o,
cuando,
simplemente,
quiero cogerte de la mano,
mirarte a los ojos,
y decirte "te quiero",
pero no,
no estás.

Me he prometido a mí misma
no escribirte,
no llamarte,
no presentarme en la puerta
de tu casa
con un ramo enorme de flores
tan grande
que tendrían que cerrar
todas las floristerías
de Guadalajara entera.

Me lo he prometido
pero cada día me cuesta más,
es como si algo me desgarrará por dentro.

Cielo,
me duele,
pero te dije que te iba
a dejar tu tiempo,
para que pensarás en ti
y en lo que tú querías.

Me encantaría despertarte un día,
con una pancarta
tan grande como tu sonrisa,
y escribirte en ella,
y decirte,
lo mucho que te quiero,
lo mucho que te estoy echando de menos,
y lo mucho que merece la pena
que volvamos a estar juntas.

Pero,
aún así,
me faltaría algo:
tú,
diciéndome
que también quieres,
y que sobre todo,
que también sientes lo mismo.

Sé,
que ahora no puedo pedirte
que vuelvas a mi lado,
porque no puedes,
y el no poder
y el no querer
van unidos de la mano.

Pero,
¿tú,
no puedes estar conmigo
porque no quieres,
o no quieres estar conmigo
porque no puedes?

El otro día leí
un verso de Irene X
que decía,
decir "yo soy así"
no justifica que tú seas así.

Y tiene gracia,
porque he escuchado muchas veces
salir esas palabras de tu boca.

Por eso,
ahora te contesto,
que si quieres puedes.

Porque si quieres algo,
puedes conseguirlo.

Pero también sé,
que existe el miedo,
las inseguridades
y todo un océano
lleno de sentimientos
que se interponen
en el camino
de tomar unas decisiones
u otras.

Lo sé,
te sé princesa,
te sé de memoria,
y te deletrearía
tu cuerpo entero,
citando cada mm
de tu piel,
porque te aprendí de memoria.

Puedo escribirte
mil versos
mientras te beso,
pero quiero que te quedes con uno:

cielo,
para siempre te voy a esperar,
porque para siempre te voy a amar.

Y nunca he estado más segura
de nada en mi vida.

Te quiero princesa.


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