Ir al contenido principal

No hacía falta


No sé cuántas veces
escuché la misma canción
intentando olvidarte,
intentando explicarte
cómo me siento,
o mejor dicho,
cómo me has hecho sentir,
y cómo me siento ahora,
en este momento.

Por ti,
por tu inconsciencia,
por tu mala cabeza,
por tu orgullo,
por tu:
"por qué te tengo que pedir
perdón, si yo no he hecho nada
malo"
-me repetiste tantas veces
esa maldita frase
que me la he terminado
aprendiendo
sin yo quererlo.

Sin yo quererlo,
has desaparecido,
te has ido,
y no con buenas formas,
o buenos presagios,
ni tampoco
mirándome a los ojos,
cogiéndome de la mano,
y deseándome lo mejor.

Te has ido
sin poder mirarme a la cara
si quiera,
sin un:
"gracias por haber vivido
todo esto conmigo,
no me imagino otra persona
que no hubieras sido tú".

Te fuíste,
dándome la espalda,
y eso es algo
que no te lo podré
perdonar jamás.

Lo has destruido todo,
has lanzado una bomba nuclear,
sobre mi cuerpo,
y pretendes que vuelva a andar,
¿qué esperabas?

Has acabado
con cualquier atisbo de duda,
de esperanza.

La has cagado cielo,
pero es que ni "cielo"
me sale ya llamarte.

Lo decidiste,
tomaste la decisión
de destrozarme por completo,
no dejar error de duda
o posible fallo.

Lo hiciste,
fuiste plenamente consciente
que,
lo que estabas haciendo,
me iba a hacer mucho daño,
pero aún así seguiste,
como queriendo rematar
a un animal,
que intenta huir,
que está herido,
que está sangrando,
e intenta sobrevivir.

Recargaste munición
y disparaste,
disparaste varias veces,
mirándome a los ojos,
como diciéndome:
"mírame,
te estoy haciendo
mucho daño,
y quiero que lo sepas"

Y lo peor de todo,
es que creo
que nunca llegarás
a ser consciente
de todo el daño
que me has hecho,
el desastre que has causado
en mí,
en mi cuerpo,
en mi alma.
El vacío que has dejado
en ella,
al llevarte un trozo,
con tu ausencia.

Desafiante,
fría,
ése es el último recuerdo
que tengo de ti,
qué triste,
qué pena,
que pudiendo haber terminado bien,
lo jodieses todo,
por tu orgullo
y prepotencia.

¿Me querías ver mal?
¿Me querías ver llorando por ti?
¿Me querías recordándote?
¿Echándote de menos?
¿queriendo escribirte,
llamarte o ir a buscarte?

Enhorabuena,
lo has conseguido.

Espero que estés orgullosa
de haber destruido
toda esta historia,
de haber cogido mi corazón,
romperlo,
machacarlo,
y ya por último,
arrastrarlo por toda la habitación,
y subirte a la cama,
esa,
donde antes nos solíamos amar.

Ahora saltas encima
de un cuerpo,
vacío,
que permanece,
yace,
e intenta sobrevivir,
a este acto,
que ya no sé
ni cómo describirlo.

No encuentro palabras
para poder describirte,
y no quedarme corta.

DUELES,
me has jodido,
y sé
que aún
me queda mucho,
para curarme de ti.

Que todo te vaya bien,
y espero que no dejes
muchas víctimas tras tu paso,
porque no me gustaría acabar
rodeada de cientos de chicas,
en una fría sala
de interrogatorios,
declarando,
lo mucho que te quería,
que lo sigo haciendo,
y que ellas me miren,
y me contesten;
conmigo también lo hacía.


Pd: sé que vas a leer esto,
no mereces que te haya escrito un poema,
pero sí te mereces,
todo lo que te he escrito.

Lo he escrito en defensa propia,
por pura y puta supervivencia,
porque aún sigo
intentando
volver a respirar,
no ahogarme en este charco
de sangre,
tirada en el suelo,
con ganas de morirme,
y con un dolor
en el pecho,
que de tanto pensarte,
le he puesto tu nombre.

Pero,
igualmente,
te lo dedico,
como todos los anteriores,
para que sepas,
que pudiendo haber terminado
recordando
todo lo que fuimos,
sonriéndonos,
cogiéndonos de la mano,
mirándonos a los ojos
y agradeciéndonos
haber pasado
estos seis maravillosos
meses juntas,
la una al lado de la otra,
lo hayas roto todo.

Y,
como consecuencia,
ahora sólo quiera olvidarte,
y romperte a ti también,
pero es que ni eso me sale,
sólo me sale gritarte,
en una hoja,
cómo me siento,
y preguntarte,

¿por qué,
esa maldita tarde
de jueves,
te presentaste en la puerta
de mi casa,
así,
acompañada?

Dime,
¿hacía falta tratarme así?
¿hacía falta terminar así?
¿hacía falta hacerme tanto daño?
¿hacía falta que yo viera eso?

¿que me lo restregaras por la cara?

¿hacía falta humillarme
y pisotearme de esa forma?

Dime,
¿hacía falta,
que alguien que te ha demostrado
tanto,
que te ha dado todo,
incluida a si misma también,
hacía falta que terminásemos así?

Dime,
¿hacía falta?


Comentarios

Entradas populares de este blog

Boomerang

Yo no te elegí, llegaste a mí, como una pelota que te lanzan y te gritan que cogas. Hubo un tiempo en el que te agarré tan fuerte, que me hice heridas de tanto apretarte. Me sangraron los dedos porque me arrancaste las costras. Me pedías que no te soltará cuando ya, ni tú misma, alargabas  la mano para cogerme a mí. ¿Qué esperabas? Dejarte caer fue lo más duro que he hecho en mi vida, te lo confesé un millón de veces mientras te acariciaba las mismas manos que me mentían una y otra vez. Y sí, digo manos, porque fueron ellas las primeras que me dijeron que me querían, así que ahora tmbn me podían estar mintiendo. Agacho la mirada, aún conservo las cicatrices, sé que nunca se irán, sé que nunca te irás. Sé que permanecerás, que al viento le soplarás, pero que tú nunca volarás, porque siempre fuiste de pies en el suelo, y yo hace meses que he aprendido a andar sobre el agua.

Ballenas

Mi vida no gira en torno a ti. No soy la Tierra girando alrededor del Sol Apareciste de repente después de meses sin saber de ti, me recordaste a las ballenas, tan majestuosas, tan enormes, con tantas cosas por decir pero con un gran silencio que guardar. Resurgiste de las profundidades, o quizás, fuí yo la que por fin alcanzé la superf, nadando, casi ahogándome, conseguí, respirar, y fue ahí donde me encontre contigo. Tu aleta me enunció que ahí estabas tú, asomando tu sonrisa entre el agua, y yo por, un momento la acaricié con la nostalgía de saber, que tarde o temprano volverías a desaparecer. Y así ha sido. Te has vuelto a sumergir. Y no sé cuándo volveré a verte. Seguramente recorrerás los siete mares, los millones de ríos, y todos los océnaos que tenemos en común tú y yo, en este planeta. Seguramente, pero, como contigo todo es impredecible. Entonces, sólo me queda esperar. Que no esperarte. Mi vida ya no gira en torn...