Ir al contenido principal

Love yourself


Hoy me levanto,
sí,
sé que no estás a mi lado
esta mañana en mi cama,
pero es que ni esta mañana
ni casi ninguna de
este último mes.

Respiro,
cierro los ojos,
cojo aire:
no pasa nada.

Tú ya no estás aquí,
pero yo siempre lo he estado,
y eso,
no puede ser tan malo.

Si siempre me he tenido a mi.
Si siempre he estado yo
para mi misma.

Ahora no puedo decirme
que no.

Entonces,
una mañana,
así,
cualquiera,
la primera del verano,
te despiertas,
y por un momento,
te sientes bien:
no hay camiseta empapada
por sudores fríos
y pesadillas durante la noche,
no hay dolor en el pecho,
ni frío en el cuerpo.

Y por un momento,
me olvido
que tú sigues aquí,
esa herida,
con la que estoy aprendiendo
a convivir.

Le he dicho,
que eliga un momento del día,
sólo uno,
para que sangre con toda su fuerza,
porque,
no puedo estar
continuamente
cambiándome
de ropa,
de sangre todo
lo manchas.

Hemos quedado en eso,
no sé si me hará caso,
pero de momento,
yo sonrío,
y me levanto de la cama,
esa que ahora se ha convertido
en un cementerio.

Pero desde que te fuiste,
he aprendido a mirar el lado
bueno de las cosas,
y a lo mejor,
que te fueras,
y que me dejarás así,
tan muerta,
tan hundida,
tan herida,
a lo mejor,
tiene algo bueno:
que estando en la auténtica mierda,
sólo puede ir todo a mejor,
porque peor,
es ya imposible.

Love yourself

Comentarios

Entradas populares de este blog

Estaba segura que volveríamos a encontrarnos

 Nunca llegué a imaginar que volverías a aparecer, para serte sincera, nunca planeé encontrarte,  nadie me informo,  hace ya dos años y pico,  iba a ocurrir este hallazgo tan extraordinario,  y ahora, después de esos dos años y pico, y después de todo,  vuelves a aparecer.  Leo tu mensaje,  estaba casi segura que te había bloqueado,  no debí de hacerlo finalmente,  porque sino, no me estarías escribiendo.  El pulso se me acelera,  el estómago se me encoge,  no me creo que sigas provocando todo esto en mí,  el corazón se me va a salir por la boca,  siento que todo a mi alrededor se para.  Sigo sin creérmelo,  vuelves a estar aquí,  eres un boomerang,  que por muy lejos que te lancé, por muchas veces que te haya mandado a la mierda,  siempre,  siempre regresas.  Estoy en la orilla de una playa,  meto los pies en el agua,  está fría,   pero me meto poco a poco,...

Coágulo

Eres un puto cigoto que no se deja desarrollar, más bien ni crecer, te has muerto entre mis manos y no me ha dado tiempo ni a observarte respirar por primera vez. Te empeñaste en destrozarte la vida, y me llevaste contigo por delante, afortunadamente, aprendí a esquivar todas y cada una de las palabras que salían de tu boca, no fue fácil: las endulzaste con un sabor parecido a la miel, recuerdas que a mi no me gusta, verdad? En cualquier caso, el coágulo de sangre se resbaló por mi brazo, y manchaste mi camisa blanca favorita de una hilera roja que no pude quitar ni con toda la fuerza del mundo.  Ese día te perdí, de verdad que ya no sabía quién eras. Me criaron pensando que la libertad y el cuerpo de una persona no tiene precio, pero tú se lo pusiste al tuyo, y no llegaste ni al mínimo, para empezar la subasta, lo regalaste y vendiste a unos degenerados, que encima no supieron ni valorarte, no te quitaron ni la etiqueta, te usaro...

Boomerang

Yo no te elegí, llegaste a mí, como una pelota que te lanzan y te gritan que cogas. Hubo un tiempo en el que te agarré tan fuerte, que me hice heridas de tanto apretarte. Me sangraron los dedos porque me arrancaste las costras. Me pedías que no te soltará cuando ya, ni tú misma, alargabas  la mano para cogerme a mí. ¿Qué esperabas? Dejarte caer fue lo más duro que he hecho en mi vida, te lo confesé un millón de veces mientras te acariciaba las mismas manos que me mentían una y otra vez. Y sí, digo manos, porque fueron ellas las primeras que me dijeron que me querían, así que ahora tmbn me podían estar mintiendo. Agacho la mirada, aún conservo las cicatrices, sé que nunca se irán, sé que nunca te irás. Sé que permanecerás, que al viento le soplarás, pero que tú nunca volarás, porque siempre fuiste de pies en el suelo, y yo hace meses que he aprendido a andar sobre el agua.