Te vi perderte entre la multitud,
y te prometo
que observé cómo te disolviste,
como una pastilla efervescente
en un vaso de agua.
Y eso fue lo peor,
que siempre deja rasto,
efímero,
escaso,
poco.
Queda algo poco,
después de lo mucho que fuímos.
Me quedo parada en medio
del pasillo del
metro de la estación de Bilbao,
la gente se choca contra mí,
y me dicen,
pero no les oigo,
sonío,
cierro los ojos,
aún siento
tus labios sobre los míos,
de hace unos escasos segundos.
Vuelvo a abrir los ojos,
sonrío como una imbécil,
contemplo a la gente que me rodea,
ellos no lo saben,
soy muy afortunada:
tengo a mi lado
a la mujer más maravillosa
del mundo,
y ellos no lo saben.
Me doy la vuelta,
empiezo a andar.
Te quiero,
pienso,
miro el móvil,
tú a mi también
me contestas.
Te amo princesa.
y te prometo
que observé cómo te disolviste,
como una pastilla efervescente
en un vaso de agua.
Y eso fue lo peor,
que siempre deja rasto,
efímero,
escaso,
poco.
Queda algo poco,
después de lo mucho que fuímos.
Me quedo parada en medio
del pasillo del
metro de la estación de Bilbao,
la gente se choca contra mí,
y me dicen,
pero no les oigo,
sonío,
cierro los ojos,
aún siento
tus labios sobre los míos,
de hace unos escasos segundos.
Vuelvo a abrir los ojos,
sonrío como una imbécil,
contemplo a la gente que me rodea,
ellos no lo saben,
soy muy afortunada:
tengo a mi lado
a la mujer más maravillosa
del mundo,
y ellos no lo saben.
Me doy la vuelta,
empiezo a andar.
Te quiero,
pienso,
miro el móvil,
tú a mi también
me contestas.
Te amo princesa.
Comentarios
Publicar un comentario