Ir al contenido principal

Efervescente

Te vi perderte entre la multitud,
y te prometo
que observé cómo te disolviste,
como una pastilla efervescente
en un vaso de agua.

Y eso fue lo peor,
que siempre deja rasto,
efímero,
escaso,
poco.

Queda algo poco,
después de lo mucho que fuímos.

Me quedo parada en medio
del pasillo del
metro de la estación de Bilbao,
la gente se choca contra mí,
y me dicen,
pero no les oigo,
sonío,
cierro los ojos,
aún siento
tus labios sobre los míos,
de hace unos escasos segundos.

Vuelvo a abrir los ojos,
sonrío como una imbécil,
contemplo a la gente que me rodea,
ellos no lo saben,
soy muy afortunada:

tengo a mi lado
a la mujer más maravillosa
del mundo,
y ellos no lo saben.

Me doy la vuelta,
empiezo a andar.

Te quiero,
pienso,
miro el móvil,
tú a mi también
me contestas.

Te amo princesa.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Boomerang

Yo no te elegí, llegaste a mí, como una pelota que te lanzan y te gritan que cogas. Hubo un tiempo en el que te agarré tan fuerte, que me hice heridas de tanto apretarte. Me sangraron los dedos porque me arrancaste las costras. Me pedías que no te soltará cuando ya, ni tú misma, alargabas  la mano para cogerme a mí. ¿Qué esperabas? Dejarte caer fue lo más duro que he hecho en mi vida, te lo confesé un millón de veces mientras te acariciaba las mismas manos que me mentían una y otra vez. Y sí, digo manos, porque fueron ellas las primeras que me dijeron que me querían, así que ahora tmbn me podían estar mintiendo. Agacho la mirada, aún conservo las cicatrices, sé que nunca se irán, sé que nunca te irás. Sé que permanecerás, que al viento le soplarás, pero que tú nunca volarás, porque siempre fuiste de pies en el suelo, y yo hace meses que he aprendido a andar sobre el agua.

Ballenas

Mi vida no gira en torno a ti. No soy la Tierra girando alrededor del Sol Apareciste de repente después de meses sin saber de ti, me recordaste a las ballenas, tan majestuosas, tan enormes, con tantas cosas por decir pero con un gran silencio que guardar. Resurgiste de las profundidades, o quizás, fuí yo la que por fin alcanzé la superf, nadando, casi ahogándome, conseguí, respirar, y fue ahí donde me encontre contigo. Tu aleta me enunció que ahí estabas tú, asomando tu sonrisa entre el agua, y yo por, un momento la acaricié con la nostalgía de saber, que tarde o temprano volverías a desaparecer. Y así ha sido. Te has vuelto a sumergir. Y no sé cuándo volveré a verte. Seguramente recorrerás los siete mares, los millones de ríos, y todos los océnaos que tenemos en común tú y yo, en este planeta. Seguramente, pero, como contigo todo es impredecible. Entonces, sólo me queda esperar. Que no esperarte. Mi vida ya no gira en torn...