Ir al contenido principal

Helada

Me despierto helada,
temblando,
en mitad de la noche.

Fuera está lloviendo,
yo no paro de hacerlo
aquí dentro.

Dormimos separadas,
espalda contra espalda,
y no estoy acostumbrada,
me descubro sola,
no abrazada,
y así no me puedo dormir,
te digo.

Los pensamientos
afloran en mi cabeza,
se reproducen,
y construyen
comunidades enteras,
y aldeas.

Noto como aumenta
su población,
y se amontonan,
gritándome lo que no te digo,
gritándome lo que nunca te dire.

Estoy congelada,
fuera está helando,
pero ese no es el motivo.

Me hago bola,
y me abrazo a mi misma,
pero no es lo mismo.

Tú yaces dormida,
nada de esto está sucediendo,
no paro de repetirme,
pero es real,
tan real como el no calor
que siento,
porque tú,
esta noche no me abrazas.

Estoy inquieta,
como un animal encerrado.

Estoy inquieta,
así no me puedo mover.

No me puedo mover,
sino me abrazas,
no puedo soñar,
sino me abrazas,
no puedo ser libre,
si tus brazos no me rodean,
construyendo
mi refugio,
de este mundo,
al que a veces, ni creo.

Entonces decido levantarme,
y ponerme los calcetines
más gordos que encuentre
en la oscuridad de los cajones,
y un pijama.

Inmediatamente,
te das la vuelta,
y me buscas con la mano.

Te despiertas bruscamente,
y me.miras extrañada,
te contesto:
cariño,
estoy helada,
te remueves,
y te envuelves entre las sábanas.

Me vuelvo a meter en la cama,
y,
automáticamente,
tu brazo se estira,
convirtiéndose en mi almohada
para esa noche,
te miro,
te pregunto,
no contestas,
sólo me besas en la nuca
y en el cuello,
y me acaricias.

Todo ha pasado,
o por lo menos.pausado:
me estás abrazando,
por fin puedo dormir.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Boomerang

Yo no te elegí, llegaste a mí, como una pelota que te lanzan y te gritan que cogas. Hubo un tiempo en el que te agarré tan fuerte, que me hice heridas de tanto apretarte. Me sangraron los dedos porque me arrancaste las costras. Me pedías que no te soltará cuando ya, ni tú misma, alargabas  la mano para cogerme a mí. ¿Qué esperabas? Dejarte caer fue lo más duro que he hecho en mi vida, te lo confesé un millón de veces mientras te acariciaba las mismas manos que me mentían una y otra vez. Y sí, digo manos, porque fueron ellas las primeras que me dijeron que me querían, así que ahora tmbn me podían estar mintiendo. Agacho la mirada, aún conservo las cicatrices, sé que nunca se irán, sé que nunca te irás. Sé que permanecerás, que al viento le soplarás, pero que tú nunca volarás, porque siempre fuiste de pies en el suelo, y yo hace meses que he aprendido a andar sobre el agua.

Ballenas

Mi vida no gira en torno a ti. No soy la Tierra girando alrededor del Sol Apareciste de repente después de meses sin saber de ti, me recordaste a las ballenas, tan majestuosas, tan enormes, con tantas cosas por decir pero con un gran silencio que guardar. Resurgiste de las profundidades, o quizás, fuí yo la que por fin alcanzé la superf, nadando, casi ahogándome, conseguí, respirar, y fue ahí donde me encontre contigo. Tu aleta me enunció que ahí estabas tú, asomando tu sonrisa entre el agua, y yo por, un momento la acaricié con la nostalgía de saber, que tarde o temprano volverías a desaparecer. Y así ha sido. Te has vuelto a sumergir. Y no sé cuándo volveré a verte. Seguramente recorrerás los siete mares, los millones de ríos, y todos los océnaos que tenemos en común tú y yo, en este planeta. Seguramente, pero, como contigo todo es impredecible. Entonces, sólo me queda esperar. Que no esperarte. Mi vida ya no gira en torn...