No quiero contemplar la soledad,
quiero amasarla a mi antojo,
bailarla a mi agua,
y secarla a mi propio aire.
Quiero hacerla así:
tranquila
despacio,
sin prisas,
besando tus relieves
y acariciando tus poros.
No quiero
contemplar tormentas
tras mi ventana,
quiero que nos llovamos tanto,
que los vecinos de abajo
se quejen por goteras,
y el vecindario entero
por inundación,
y peligro de derrumbamiento.
No quiero contemplar
noches en vela,
quiero verte dormir,
sobre mi pecho,
después de haberte conocido,
aún más,
después de haberte acariciado
el alma,
y besarte los miedos.
No quiero contemplar rutinas,
horarios,
ni calendarios,
quiero que rompamos todos
los esquemas,
y quememos mapas.
Que nos perdamos,
una y otra vez,
por las carreteras,
que unen tu cuerpo y el mío.
Derrapar por todas ellas,
y dejarte marcas,
huellas,
y señales.
Que todo el mundo vea,
que he conquistado la Luna,
clavando una bandera,
con sabor a cariño,
y delicadeza.
No quiero nada,
pero (lo quiero)
todo si es contigo.
Comentarios
Publicar un comentario