Ir al contenido principal

Tiempo


Tengo el poder entre mis manos,
y te prometo que no lo dejaré ir,
jugué con él hasta que me cansé,
y aún así,
con ojos tiritantes,
lo devoré,
de un bocado,
sin tragarlo,
ni masticarlo.

Él, se deshacía en mi boca,
y se suicidó con mi saliva.

Él, se arranco brazos y piernas
para no poder escaparse de mi sombra.

Él, sentía,
él, respiraba,
él, se despertaba
y dormía conmigo,
todos los días,
y todas las noches.

Él, siempre me acompañaba,
él, siempre estaba conmigo.

Él, se llamaba tiempo,
al que siempre ponía como excusa
para no poder hacer otra cosa,
que no fuera vivir sin él.

Y ahora que lo hemos dejado,
mis amigas me vuelven a preguntar
que si quedamos,
y mi madre que si hablamos.

Ahora que lo hemos dejado
me doy cuenta,
que sin él,
yo no era nadie,
pero que con él,
lo conseguí todo.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Boomerang

Yo no te elegí, llegaste a mí, como una pelota que te lanzan y te gritan que cogas. Hubo un tiempo en el que te agarré tan fuerte, que me hice heridas de tanto apretarte. Me sangraron los dedos porque me arrancaste las costras. Me pedías que no te soltará cuando ya, ni tú misma, alargabas  la mano para cogerme a mí. ¿Qué esperabas? Dejarte caer fue lo más duro que he hecho en mi vida, te lo confesé un millón de veces mientras te acariciaba las mismas manos que me mentían una y otra vez. Y sí, digo manos, porque fueron ellas las primeras que me dijeron que me querían, así que ahora tmbn me podían estar mintiendo. Agacho la mirada, aún conservo las cicatrices, sé que nunca se irán, sé que nunca te irás. Sé que permanecerás, que al viento le soplarás, pero que tú nunca volarás, porque siempre fuiste de pies en el suelo, y yo hace meses que he aprendido a andar sobre el agua.

Ballenas

Mi vida no gira en torno a ti. No soy la Tierra girando alrededor del Sol Apareciste de repente después de meses sin saber de ti, me recordaste a las ballenas, tan majestuosas, tan enormes, con tantas cosas por decir pero con un gran silencio que guardar. Resurgiste de las profundidades, o quizás, fuí yo la que por fin alcanzé la superf, nadando, casi ahogándome, conseguí, respirar, y fue ahí donde me encontre contigo. Tu aleta me enunció que ahí estabas tú, asomando tu sonrisa entre el agua, y yo por, un momento la acaricié con la nostalgía de saber, que tarde o temprano volverías a desaparecer. Y así ha sido. Te has vuelto a sumergir. Y no sé cuándo volveré a verte. Seguramente recorrerás los siete mares, los millones de ríos, y todos los océnaos que tenemos en común tú y yo, en este planeta. Seguramente, pero, como contigo todo es impredecible. Entonces, sólo me queda esperar. Que no esperarte. Mi vida ya no gira en torn...