Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando entradas de febrero, 2020

Prismas

Entonces llegas y te conviertes en todas y cada una de mis rutinas que tanto me gustan, pero que si ahora las pintas tú, pues me gustan aún más. Te conviertes en esa ducha caliente al llegar a casa después de todo el día. Te conviertes en mis sábanas favoritas, en ésas en las que hincó la nariz, cual perrete buscando trufas: eres un bien tan preciado que todos te buscan, pero sólo yo te encuentro, recuerda, son los pequeños detalles los que marcan la diferencia. Te conviertes en la luz de las dos de la tarde que se cuela entre las persianas de un domingo, que poco a poco me despiertas no lo haces de golpe, sino despacio, con calma. Te conviertes en mis zapas nuevas, que sólo pocos se dan cuenta que allí están, tú no lo eres, pero este sentimiento lo es demasiado, hueles a ganas, a ilusión a querer que por primera vez en mucho tiempo que las cosas vuelvan a salir bien. Tú no te has ido, nunca lo hiciste, todo era cambiar de prisma, pero es...

Pensarte es quemarse

Te fuíste y todos mis miedos cobraron vida se levantaron, me cogieron entre todos, y me llevaron lejos de ti, yo gritaba y gritaba, lloraba y te llamé durante muchas noches seguidas, aún recuerdo cómo, las lágrimas me desgarraban, ciertos de surcos ardiendo, me rajaban la cara, me abrasaban, y pensarte, era quemarse pensando en ti. Pensar en ti, es quemarse, es tomar el sol a 45 grados a las cuatro de la tarde, en pleno agosto. Es rasgarse la camisa y tirarse al vacío. Pensar en ti, es echar alcohol a una herida que supura, que aún infectada, yo te la coloco entre tus manos para que me la cures, para que me cures. Pensar en ti, es echar barro, arena, polvo a esa herida y todos y cada uno de los escombros de los que tuve que resurgir, para volver a hacerme. Pensar en ti, es destruirme con dinamita, y al instante siguiente pegarme con pegamento. No te esfuerzes: hemos perdido trozos por el camino, ya no soy igual, ya nunca seré igu...