El olor a geosmina inundaba toda mi habitación, nunca pude imaginar cómo sería masticar tierra seca mezclada con mi saliva, cuando yo me sumergía en cataratas infinitas. Lo recuerdo: aquella noche dormí sobre un colchón lleno de corridas, tuyas y mías, ya no las distinguíamos, hace tiempo que dejamos, si quiera, de intentarlo. Ya no hay tu cama o la mía. Cuando se trata de crear terremotos, nunca existen supervivientes, y nos da igual las consecuencias, o las víctimas que dejemos tras nuestro paso. ¿Te he contado alguna vez que me he planteado llamarlo "desastre natural", en vez de polvo? Lo recuerdo: aquella noche construí una sábana con todas ellas, porque todo parece más cómodo, y más cálido, cuando tú, te hallas cerca. La tranquilidad y la locura se adueñan de todo mi ser, a la vez, con la misma fuerza y delicadeza, con la que tú, pasas el dedo índice por mi boca, y yo, me lo como entero. Lo recuerdo: aquella noche fuer...
Hola, bienvenidos a mi blog. Me llamo Celia y escribo poesía, y aquí es donde reside mi talento e inspiración. ¿Empezamos?