La Almudena te miro a tus ojos verdes, y se avergonzó, le entro la verguenza, y se tapo la cara con los pináculos. Sé que estarás sonriendo, porque me descojoné nada más oír esa palabra. Era marzo, pero parecía primavera, tus cabelloa rubios me indicaban buen tiempo, y tu risa, era como ver el mar al final de una autopista llena de coches que no te deja respirar. No sé cuántas veces te miré pensando en lo preciosa que eras. No se cuántas veces te miré, pensando en las ganas que tenía de acariciarte las mejillas, o cogerte la mano. Tú me hablabas de la arquitectura de la Catedral de la Almudena, yo te observaba, y eso sí que era arte en estado puro. Ese acento de Granada, que, a juego con tus ojazos verdes, se convertían en la combinación perfecta para escucharte, y no saber ni dónde estaba. El sol de una tarde soleada se atrincheró entre tus cabellos, okupo tus hoyuelos y le ví hacerse la cama con cada "quilla" que decías. Él mont...
Hola, bienvenidos a mi blog. Me llamo Celia y escribo poesía, y aquí es donde reside mi talento e inspiración. ¿Empezamos?