Aún me sigo perdiendo en tus clavículas, más bien, me deslizo por ellas. Beso tus caderas, y bailo con tus caricias. Corro por tus piernas, y deletreo tus costillas, una a una, señalo tus pestañas, y cuento las veces que no parpadeas, cuando me miras y sonríes. Pierdo, has vuelto a ganar, cuando tardas menos en hacerme tocar el cielo, que en quitarme la ropa. Pierdo, cuando no puedo soportar las ganas de comerte, pero tú empiezas primero, y no bendices ni la mesa. Pierdo, cuando muerto de la risa te suspiro en la tripa, y no aguantas las cosquillas, tú sonríes antes que yo. Pierdo, te muerdes el labio, y te quedas embobado, yo aún ni he pestañeado. Pierdo, tus manos recorrieron más paisajes de mi cuerpo, que los kilómetros que caminaron mis pies aquella noche. Pierdo, me ganas. Yo siempre pierdo el tiempo ganando a las ganas que tengo de estar contigo.
Hola, bienvenidos a mi blog. Me llamo Celia y escribo poesía, y aquí es donde reside mi talento e inspiración. ¿Empezamos?