Cada loco con su poesía

No quiero contemplar la soledad, quiero amasarla a mi antojo, bailarla a mi agua, y secarla a mi propio aire. Quiero hacerla así: tranquila despacio, sin prisas, besando tus relieves y acariciando tus poros. No quiero contemplar tormentas tras mi ventana, quiero que nos llovamos tanto, que los vecinos de abajo se quejen por goteras, y el vecindario entero por inundación, y peligro de derrumbamiento. No quiero contemplar noches en vela, quiero verte dormir, sobre mi pecho, después de haberte conocido, aún más, después de haberte acariciado el alma, y besarte los miedos. No quiero contemplar rutinas, horarios, ni calendarios, quiero que rompamos todos los esquemas, y quememos mapas. Que nos perdamos, una y otra vez, por las carreteras, que unen tu cuerpo y el mío. Derrapar por todas ellas, y dejarte marcas, huellas, y señales. Que todo el mundo vea, que he conquistado la Luna, clavando una bandera, con sabor a cariño, y delicadeza. ...

Quiero convertir tus miedos en ilusiones. Tus complejos en deseos. Tus  inseguridades en virtudes. Quiero que te quieras tanto a ti mismo, que te mires al espejo por las mañanas, y te enamores. Que sonrías a ese chico, del que yo, ya no puedo apartar la mirada. Quiero que te sonrías, y que me sonrías. Porque si tú eres feliz, yo soy feliz. Porque si estás triste, yo te haré feliz.                                          Te quiero cariño.

Me dispongo ante una hoja en blanco, ella se muestra tranquila, relajada, ante mí. Ella se deja hacer: la pinto, la tacho, la escribo. Sobre todo te escribo cariño, aunque hay días que te coloreo, y otros que te garabateo, para luego borrarte, poco a poco, entero, con mucho cuidado, con mucho cariño, y sobre todo, con mucha, mucha, delicadeza. Ternura, amor y pasión; así es como te quiero borrar, para poder volver a escribirte. Borrar tus miedos, y escribir tus ilusiones. Dime cariño:                        ¿dibujamos juntos?